Cuando deje de pensar en mí como un astro opaco, sin brillo propio, comprenderé que puedo ser el sol que hace girar a otros astros a mí alrededor.
Entonces veré reflejado en mi cara ese rictus tan peculiar de la felicidad
al dejar de pensar en mis propios problemas, para observar el infinito del universo y darme cuenta, al fin y al cabo, de lo insignificante de mis preocupaciones.
El contemplar la grandeza de otras constelaciones y verme tal cual soy en el reverbero de su simpleza, el brillo de la vida formada por esa estrella fugaz de mi realidad perpetua como la estela de una sonrisa, provocará en mí el hecho irrefutable de la alegría.
Porque cuando ríes, todos ríen contigo...
Porque cuando lloras, lloras en soledad...
1 comentario:
Cuando no pienses en ti, es seguro que habrá alguien que lo haga por ti. Tus letras son preciosas como para pasar inadvertidas.
Un beso
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