Me gustan
los días plomos.
Hasta donde
me alcanza la memoria, recuerdo que siempre he sentido predilección por ellos.
Provocan en mí un estado se serenidad y recogimiento que me invitan a
enroscarme sobre mí misma y recrearme en aquello que me hacen sentir.
No importa
la estación del año, ni las situaciones por las que esté viviendo. Simplemente
me siento atraída por ellos.
Días plomos,
opacos, densos, del color del humo que se escapa por las chimeneas del
horizonte, pasados y presentes por siempre en mi vida.
Me gustan
los días plomos.
*Imagen de Willian Vanscoy