Estábamos en la semipenumbra de un
rincón y nuestras manos se rozaron fortuitamente provocando descargas
electrizantes en nuestro interior, sentimientos que iban y venían en oleadas creando
en nosotros un mundo de sueños dentro de la cruda realidad de lo que no podía
ser.
Y no fue.
Al fondo, “On my own”, sonaba en la
voz de Nikka Costa.
*Imagen de Aquí