En la vida hay distintos tipos de cargas que se cuelan en la mochila: unas son las que nos imponemos nosotros mismos o la sociedad; ésas, y si somos capaces, las podemos soltar por el camino. Otras nos son impuesta a la fuerza tal vez por el destino, tal vez por el azar... de ésas no nos podemos deshacer. Esas no desaparecen hasta que no desaparezca nuestra esencia.
Estas últimas siempre estarán comigo, siempre las llevaré a cuestas como el caracol a su concha.
2 comentarios:
El caracol lo que lleva es su casa, pues su carga es desprenderse a diario de sus babas y escrementos, jamas veras un caracol lamentarse de lo que lleva a cuestas, no lo hagas tu, es tan bello vivir, sobre todo cuando no hay remedio para ciertas personas el esperar la muerte sin remedio, saludos
Por supuesto que no veré nunca a un caracol lamentarse. Los caracoles no tienen voz, por lo tanto no podemos saber lo que piensan o lo que sienten.
Y sí, es bello vivir, pero a veces no es tan belo cuando han arrancado de nuestro lado personas que nunca habían esperado i deseado la muerte.
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