Hoy he llorado con ella; por ella. A través del teléfono me contaba de sus logros conseguidos a pequeños pasos y marcados con el dolor más inmenso. Y he llorado porque he sentido que en su negrura se ha abierto una pequeña rendija de luz que la ha guiado a despedirse de él, y aunque no lo ha hecho totalmente, es un incidio del principio de esa difícil aceptación.
Me tape la boca con la mano para que no oyera mis gemidos. Afortunadamente no podía ver mis lágrimas que se desbocaron en un momento.
Ella es muy valiente a pesar de que no lo reconozca. Intenta salir adelante, tomar aire que le de algo de vida como ese pez que agonizante lucha por volver de nuevo al algua. Ella sigue y sigue luchando, y en verdad que no es fácil cargando con el peso de esa cruz que lleva a sus espaldas
Y a pesar de la lágrimas me he llenado de esperanzas.
Yo la quiero tanto.....
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