Tengo sueño a pesar de que aún es pronto para ir a la cama. Me gusta esta hora cuando empieza a asomar el crepúsculo, tiñiéndolo todo de azul metálico e invitando al descanso. Me gusta acostarme temprano porque no me gusta la noche. En breve prepararé la cena para mi familia y para mí e inmediatamente después de recoger la cocina me meteré en la cama, entre frescas sábanas de hilo que al momento se vuelven cálidas para envolver mi cuerpo. Abriré el libro que en estos momentos me fascina y leeré hasta que venza el sueño.
Hay veces en las que me despierto durante la noche y tan sólo veo la tenue claridad que entra por la ventana y el revoloteo de las mariposas nocturnas alrededor de la farola del jardín; y oigo el canto de la lechuza o del cárabo, que ún no sé a ciencia cierta distinguirlos. A parte de éso, solo se escucha el silencio.
En efecto ya he dicho que no me gusta la noche, pero tengo que reconocer que a veces la noche es mágica
4 comentarios:
La magia de la noche consiste en vivirla como nos apetezca. Si te soy sincera, vivo el momento que has descrito de la misma manera que tú. Y para mí es todo un placer mágico.
Sumpta
Tal vez sea porque la noche siempre llega envuelta en el misterio...
Hoy es 16 de abril, te añoro, no tienes nada que contar hoy? saludos
Bonita descripción de un bonito momento, directa y que te hace entrar en ella.
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