lunes

Hoy


De repente hoy, al verte llegar, se ha prendido en mí la misma llama que se prendiera tanto tiempo atrás, cuando de recién casados volvías a casa del trabajo al atardecer.
Era una llama que se encendía en mí, mezcla de felicidad, ilusión y satisfacción por poder compartir, hasta el día siguiente, todo contigo.
Yo esperaba desde que llegaba del trabajo, durante toda la tarde ese momento, largas horas que las pasaba en la cocina preparando el almuerzo para el día siguiente, recogiendo la casa, a veces planchando o a veces leyendo.

Era un tiempo en el que toda mi vida se centraba en ti, en darte todo y recibir todo. No vivíamos entonces en una casa en el campo como ahora, ni teníamos auto, ni jardín ni animales de compañía. Tampoco teníamos hijos.  Solo nos teníamos el uno al otro y una pequeña semilla que recién comenzaba a germinar.

 Luego el tiempo fue pasando y todo se fue desdibujando quedándose solamente en líneas monótonas plasmadas en la pizarra de nuestras vidas. La rutina comenzó a hacerse hueco en ellas y ya nada fue como al principio aún a pesar de que siempre hemos estado unidos y compenetrados.

 Pero hoy he vuelto a sentir lo mismo que aquellas tardes en aquel pequeño piso que era nuestro cobijo, e intento contener las lágrimas emocionadas que esperan en la puerta de mis ojos a que les de paso.

 Hoy, es el primer día de una etapa de la que intuyo que alguien se está encargando de preparar.

 Hoy, como ayer, como siempre, te quiero.

 Imagen: Huynh, Duy

2 comentarios:

josefina dijo...

Eso es el sentimiento del verdadero amor.

Amapola Azzul dijo...

Me alegra mucho.
Besos.

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