(Imagen de Aquí)
Me asomé al profundo pozo de mi infancia y mis recuerdos se quedaron enredados entre los helechos y musgos que pendían de sus paredes.
Húmedo frescor que también se enredó en mis sentidos y me devolvió esa feliz inocencia de lo que aún queda por acontecer.
Estuve todo el día prendida en alas de una sutil serenidad.
1 comentario:
Qué remosa sensación trasmiten los helechos ¿no? yo tengo dos a la entrada de mi puerta y me siento al verlos tal como has descrito. Un beso
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