Comenzaron a avanzar las sombras y a la par que oscurecía el aroma a azahar se expandió en el aire.
El canto de un grillo en la lejanía rompía el silencio y la oscura bóveda del cielo comenzó a poblarse de estrellas, perlas de mercurio pululando ingrávidas e insostenidas.
Esa noche llegó colmada de nuevos horizontes.
Esa noche llegó la primavera
3 comentarios:
Sí, coincido contigo. Nuestros planes no siempre resultan ser como teníamos pensado.
Espero que los tuyos, y ¿por qué no? los míos tampoco fracasen.
Carpe diem!
Llega un tiempo en que lo importante ya no va siendo que llegue la primavera sino, cómo nos encuentre. Un fuerte abrazo
respondiendote a lo que me has comentado en mi entrada, te diré que sí, estoy de acuerdo contigo. Creo que has puesto en duda dicho acuerdo, y me ha parecido raro porque siempre he defendido lo que he dicho. De hecho, estoy escribiendo un libro en el que la realidad y los sueños van cogidos de la mano.
Carpe diem!
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