sábado

Niebla




Hoy, nada más salir me atrapó la niebla. Aún no amanecía del todo y logró enredarme entre sus largos y gélidos jirones blancos. Se asemejaban a algodones de feria en tiempo ajeno al verano y lejos de manos infantiles. Era una niebla densa y húmeda que mojaba con infinidad de minúsculas gotitas de agua las ramas ya desnudas del almendro mostrando una imagen fantasmagórica conforme se abría la luz del amanecer. 

Ella, tu perra, estaba allí abajo, olisqueando el rastro perdido de los erizos que de seguro ya se habrían guarecido. Vino hacía mí en cuanto me vio. La vi acercarse casi al trote, mancha negra que se confundía con la oscuridad que iba desapareciendo. 

 Y llegó hasta mí cubierta de esas mismas gotitas de agua que en su pelaje negro simulaban brillantes perlitas de cristal. 

- Estás vieja, Lola. Y ella me miró como asintiendo con resignación. 

Sí, las dos nos estamos haciendo viejas pero nuestros espíritus siguen viviendo en esa eterna juventud que nos da las fuerzas necesarias para que cada día sea como si hubiéramos vuelto a nacer. 

Tuvimos un gran Maestro las dos. 

Vamos dentro que hace frío.

miércoles

Cuando se rancia la vida

Es duro afrontar el día a día conviviendo con vidas que se rancian por el paso del tiempo. Y difícil. Difícil porque ese codo a codo acusando su marchitez y las consecuencias de lo que en su día sembraron hace que inconscientemente lo cargue en mi mochila y sufra con su peso que no me pertenece.
Claro que duele. Duele no solamente el sostener el sufrimiento ajeno, sentir esa vejez cada vez más arraigada al término  de la vida que cada cual construyó, sino que también duele abrir los ojos del alma y mirar hacia dentro para sentir que no muy lejos la mía, mi vida, puede que se haya convertido en lo mismo.
Sí, es muy duro.

martes

Momentos Ocultos


De repente hoy, esta tarde, me he sentido terriblemente triste. Más que triste, desgarrada. Esto es así, lo mismo tocas el cielo con las puntas de los dedos que se abre ante ti un boquete inmenso que te traga entre el lodo intentando ahogarte.

Lo peor de todo es que esos momentos llegan así, de pronto, sin dar ninguna señal de su llegada. Son traicioneros y dañinos, no avisan y tal parece que se se enarbolan atacándote a traición. Tampoco te dan tiempo de reaccionar. Yo, que de por sí me siento alguien cerebral, aún no he sido capaz de atajarlos antes de que lleguen.

Y me derrumbo.

Me es imposible controlar ese dolor que me corta las entrañas y me roe el corazón con dientes punzante.

Esta tarde, lloré, sollocé, grité, tiré de mi pelo y tapándome la cara me fui apoyando en todos los quicios de las paredes para que mis piernas pudieran sostenerme. Sentía un frío cortante, temblaba y todo en mí estaba negro. Y grité, grité y grité.

Luego, cuando pude atisbar una ranura de luz luché con todas mis fuerzas para que esa ranura se fuera haciendo más grande y poder escapar por ella. Me costó pero lo conseguí.

El resultado fue unos ojos hinchados y una gran laxitud en mis miembros, además de una cierta decepción por haber recaído.

Luego me subí al coche y me fui al Aldi, que lo tengo justo saliendo de los pinos, y me evadí mirando los estantes y comprando alguna que otra cosa.

Una hora después he llegado a casa, y me he pasado un rato meciéndome en el columpio donde suelo jugar con mi nieta.

Sí, ésto es así.

Imsagen: sin datos




jueves

Madrugada


A estas horas de la madrugada el silencio exterior es el único sonido que entra por la pequeña abertura de la ventana, solo a veces interrumpido con el ulular de los mochuelos y lechuzas que han hecho cobijo en los alrededores. Se llaman unos a otros y se responden igual mente. También se cuela por esa abertura el olor de las Dáturas blancas del arriate de abajo, que en este tiempo, y sin importarlse el frío y la humedad se hacen valientes y florecen esparciendo su dulzón perfume a la oscuridad de la noche.

Yo siento una paz y una serenidad incomparable en estos momentos, tan míos, tan íntimos, tan intensos...

Y me hacen sentir tan Grande...

Imagen: (La Noche), 1893 - Jules Dujardin (1863-1910)

domingo

Tal Vez


Un pequeño pasito más. Tal vez sea por el frío (seguramente) o por mis palabras de hace unos momentos, pero ahora mismo me siento como antes, como hace mucho,mucho....

(por ejemplo como cuando mientras cenábamos vimos en aquella pequeña en la tele en blanco y negro "Un hombre llamado caballo", y algo brincó dentro de mí).

Imagen:Tokio Sato Masahiro

sábado

Sensaciones


3,05 a.m.

He despertado con la sensación de estar despierta y al mismo tiempo inmersa en un sueño en el que el presente y el pasado están atrapados en un bucle infinito.

Y he tenido la certeza de que puedo disfrutar y llenarme de ellos indefinidamente.

Imagen: Obra de Marwanart

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