A veces me cuesta abrir mi corazón y dejar salir de él todo lo que verdaderamente siento. Seguramente es por miedo. Mi reciente aprendizaje a afrontar todo lo que puede asaltarme en mi caminar aún es prematuro.
Siento que a veces puedo confundir o decepcionar.
Está claro que la postura que adopto para ponerme la coraza no es la más adecuada que pueden percibir los demás.